Diarrea.

Hay algo que me molesta, sé que es, pero no le hago caso... no debo. Leo, estudio, me distraigo, es lo más sano que puedo hacer. Dah, escuchar Pink floyd me hace mal, al parecer. Y pienso puras incoherencias y digo las cosas sin filtro, boté el filtro hace un tiempo, me lo tendré que poner de nuevo.
No es sano, ni para ti, ni para mi ¿Qué es lo sano? La sanidad existe, esa que creo confundir con pureza y voluntad perclorada de mi mente abstracta como los graffitis de la vida. Siempre cambio la piel como un reptil, soy adicta al cambio y a la papas fritas también. A la gente no, porque hace mal... tiene veneno en su piel, ojos, boca, hálito. La personas me atemorizan. No, yo les atemorizo y me gusta, es raro. Me gustan las personas. No hay voluntad, nunca la hubo... Pink, es mi homólogo, como los cromosomas homólogos y la biología me fascina... pero el sentido que le dan en la enseñanza me molesta demasiado. Rabia, estupor, soy nada.
Todos son nada. Lápiz en la boca, aspecto sexy, naranjo terminaciones negras, es mío y me gusta.
Estoy feliz y no me importa lo que es la felicidad. Ahahahaha... Mañana, quiero verte, pero tú no a mi, a ti también quiero verte, ir a tomarnos un café y hablar de la vida. Sí, de la vida. En ese instante prometo creer en ella. ¿Tú lo haces? Grito desgarrador, voz pasiva y con un toque de LSD, emocionante.
Cero dieciocho. Dieciocho de septiembre... independencia de Chile, bicentenario. Aún no somos desarrollados ¿por qué? Ahahaha, todos lo sabemos.
A la cama, contigo... conmigo... y la almohada como confidente. Ella lo lee todo y no habla ¿qué mejor?
Cero con veinte, buenas noches.