Yo tenía un corazón, era rojo y bien armado. Un día se quebró y otro y otro y otro día. Hasta que se hizo polvo, polvo de corazón. Hoy no tengo, solo hay costillas y pulmones.
En una visita el doctor, él revisó mis latidos con el estetoscopio. No encontró alguno. Y yo le dije que me lo habían roto muchas, muchas, muchas veces y era polvo de corazón.
El doctor cuando vio la radiografía quedó perplejo. Tan solo murmuró: "cavidad torácica hueca". Y yo lo miraba con mi cara infantil de: "se lo dije y no quiso hacer caso".
Doctores incrédulos.
miércoles, 27 de octubre de 2010
dust.
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1 Reacciones:
a mí no me creen que algo anda mal con mi cerebro.
Están todos locos hoy en día
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