Ya no tengo fuerzas, o sea las tengo... ahora las recargo como una celda electrolítica. No sé calcular el tiempo, fallaré en esa evaluación, gracias a... dios (sí, dios) no es con nota.
Le preguntaría tantas cosas (suspira). Se las tengo que hacer, ya lo tengo decidido, pero el tiempo, día, hora, minuto, segundo, situación, aún no.
Recordé un cuento de Edgar Allan Poe. En el nombraba las celdas electroquímicas y electrolíticas. Al menos la química ayuda en literatura, aunque la idea es saber de todo un poco. Currrtura general.
La casa de Asterión es realmente triste y llega fondo.
Mi ánimo mejora. Iré a comer algo.
martes, 14 de septiembre de 2010
all.
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